Basilio, sentado mirando fijamente las baldosas del suelo, se maldecía a sí mismo. Pensaba en el aspecto tan poco atractivo que ofrecía, detestando algunos defectos de su físico, que para los demás pasaban inadvertidos y que él exageraba. Odiaba su torpeza a la hora de relacionarse verbalmente con los demás. Se le ocurrían las respuestas precisas a las situaciones comprometidas, horas más tarde de que el oponente le hubiera vencido fácilmente. Vivía aplastado por su invencible timidez.
Sumido en esos sombríos pensamientos, se imaginaba al lado de Sílvia tan guapa, instalada en la seguridad de su belleza, en su chispeante inteligencia y en el poder de su hechizo y la pareja le pareció imposible. Entonces trató de figurarse que era atractivo, elegante, ingenioso, espontáneo, audaz y que ella le admiraba y se rendía a sus encantos. Agotado por sus cavilaciones cayó en un profundo sueño.
A media tarde, un ruido de pasos le despertó de su ensoñación y momentos después en el umbral apareció Sílvia. Basilio se levantó mirándola turbado. Ella le saludó con la displicencia de otras veces. De pronto, Basilio sintió un desmayo interior que dio paso a una revelación. Todo a su alrededor se tiñó de un amarillo luminiscente. Una fuerza que parecía brotar de sus entrañas, hizo realidad su sueño; su estatura creció unos centímetros, su porte se volvió apuesto, sus ojos tristes se iluminaron con un brillo centelleante, su timidez se convirtió en audacia y sus dudas en seguridad.
Todo quedó transfigurado por la fuerza del amor, cuando las manos de Basilio rodearon el talle de Sílvia que respondía a su impulso con la misma pasión que él. Y Basilio por primera vez descubrió el sentimiento de amarse a sí mismo.
Preciosa canción, hacía tiempo que no la oía. Pero en la cruda realidad...bueno, morir de amor ya no merece la pena. Ha perdido el halo de romanticismo que siempre tuvo.... ¿Nos remitimos al post-anterior?
Acostumbrada a finales fatales, a desenlaces agridulces, a amores con un tinte de imposibilidad, a latigazos en ocasiones... va y suelta una estupenda historia de autoestima y poder mutuo oculto.
En realidad, Basilio siempre fue unos centímetros más alto, un tipo audaz y seguro de sí mismo, sólo que no se había dado cuenta...
Definitivamente, hoy me acostaré con una sonrisa en los labios... hoy el mundo parece un poquito mejor.
El amor hace posible prácticamente todo, incluso lo que parece imposible... Lo de crecer no lo había oído jamás... Adelgazar podría ser?? Volverse rubio con ojos azules? Pasar en la cuenta corriente del rojo al negro de un solo beso?? No sé, por si acaso :P
Ya que lo dices , bueno que lo escribes, es cierto que uno ama a los demás empezando por si mismo. A partir de ese momento las cosas van mejor, aunque solo sea a veces Un abrazo
Que razón tiene usted... el verdadero amor, empieza por uno mismo... pero es que además lo cuenta usted maravillosamente bien. Leerle siempre es un placer. Un beso....
A usted también parece gustarle el amarillo, a veces creo es tb color de orgullo, ya veo que tiene una ristra de admiradoras, tenga cuidado con su amarillo, de Bécquer se habla igual de bien que mal...
Me ha parecido un relato magnífico desde todos los puntos de vista. Te seguiré leyendo. Me gustaría añadirte a mi lista de amigos o añadirme a tu lista de segudores pero no sé si lo llegaré a conseguir. He tardado más de una hora en poder hacerte este comentario. Saludos.
11 comentarios:
Preciosa canción, hacía tiempo que no la oía.
Pero en la cruda realidad...bueno, morir de amor ya no merece la pena. Ha perdido el halo de romanticismo que siempre tuvo.... ¿Nos remitimos al post-anterior?
Salud.
El amor nos crece, nos eleva, nos transforma, nos voltea y nos retuerce...
Un placer leerte,
Bso
Sombra
Y es que esa es la mejor receta de belleza que puede existir: el quererse uno mismo, la seguridad. Ante eso no hay quien se resista :)
Besos
Oiga, me ha sorprendido!!!
Acostumbrada a finales fatales, a desenlaces agridulces, a amores con un tinte de imposibilidad, a latigazos en ocasiones... va y suelta una estupenda historia de autoestima y poder mutuo oculto.
En realidad, Basilio siempre fue unos centímetros más alto, un tipo audaz y seguro de sí mismo, sólo que no se había dado cuenta...
Definitivamente, hoy me acostaré con una sonrisa en los labios... hoy el mundo parece un poquito mejor.
Un beso.
El amor hace posible prácticamente todo, incluso lo que parece imposible... Lo de crecer no lo había oído jamás... Adelgazar podría ser?? Volverse rubio con ojos azules? Pasar en la cuenta corriente del rojo al negro de un solo beso?? No sé, por si acaso :P
Besos, Crono
Ya que lo dices , bueno que lo escribes, es cierto que uno ama a los demás empezando por si mismo. A partir de ese momento las cosas van mejor, aunque solo sea a veces
Un abrazo
Inteligente reflexión Crono; cuando te sientes seguro/a, cuando te sientes bien es como una especie de "despliegue"; ¿feromonas primaverales?
Perfecto texto, por cierto.
Besos
Que razón tiene usted... el verdadero amor, empieza por uno mismo... pero es que además lo cuenta usted maravillosamente bien. Leerle siempre es un placer.
Un beso....
A usted también parece gustarle el amarillo, a veces creo es tb color de orgullo, ya veo que tiene una ristra de admiradoras, tenga cuidado con su amarillo, de Bécquer se habla igual de bien que mal...
A mí me pasa como a Basilio, caigo a los tres días y desde hace mucho tiempo me amo a mí misma, porque sin ti mi cama es ancha...
Besos de chocolate muy oscuro
Me ha parecido un relato magnífico desde todos los puntos de vista.
Te seguiré leyendo.
Me gustaría añadirte a mi lista de amigos o añadirme a tu lista de segudores pero no sé si lo llegaré a conseguir.
He tardado más de una hora en poder hacerte este comentario.
Saludos.
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