domingo, 4 de mayo de 2008

EN ESTADO DE GRACIA



Aquel día, todo parecía ser armonioso. El trabajo me dio una de esas alegrías esporádicas, escasas en el tiempo. La operación se cerró en el restaurante, el cliente pasó a ser casi un amigo y por una vez todo fue fácil, rodado, según lo previsto en una estrategia tejida minuciosamente, con un resultado satisfactorio para ambas partes.

Celebramos el acuerdo, como suele ocurrir, con demasiado alcohol. La bebida tuvo un efecto de largo recorrido, permitiendo despedir al cliente sin perder la compostura. Su acción apareció poco más de una hora después.

La vida diaria con su velocidad no nos deja tiempo ni para recordar las cosas que nos hacen felices. Pero aquel día, en ese estado de gracia solo había lugar para los pensamientos positivos, para la euforia de los buenos recuerdos. La discografía completa de mi cantante favorito en el cd del coche, como banda sonora de todo lo que se agolpaba de repente en mi pensamiento, el amor furtivo cuando estábamos en público y las manos se iban bajo la mesa, tus pases de modelos en la habitación mientras te observaba desde la cama, el instante antes de estar juntos, la prisa por llegar hasta tu cuerpo. La inmediata explosión de risa después del sexo. Imaginar viajes imposibles. Reírnos de los envidiosos con esa sensación de que somos únicos, que a nadie le pasa lo mismo, que nadie nunca ha vivido así.

Envuelto en esa felicidad, llegué a la puerta de un parking, cercano a la última visita que debía hacer aquella tarde. Me metí hasta la barrera de salida. Un hombre me hizo señales de que iba en contra dirección. Di marcha atrás acelerando por una rampa en curva hasta oír un crash y una sacudida contra el respaldo. Vi el pilón de hierro demasiado tarde, oculto por mi exaltación.

Al día siguiente: presupuesto de reparación chapa y pintura 500 € .

9 comentarios:

Inés Perada dijo...

Lo que te dije en el post anterior...la realidad se impone, jaja.

Salud.

Anónimo dijo...

Qué forma más brutal de romper el ensueño y el buen rollito... Jodidos pilones, si es que se mueven solos!

Alguna vez me ha pasado que todo lo que me ha ocurrido durante un día ha sido una especie de atar cabos y encontrar llaves que abren las cerraduras. Esos días los agradeces mucho. Tuve uno de esos de conjunción planetaria apenas hace una semana (habré tenido 4 o 5 en toda mi vida). Lástima que su efecto no se prorrogue más allá de la puesta del sol.

Besazos.

Andrés dijo...

Los pilones suelen tener vida propia.
Muerte al pilón traicionero.

Akroon dijo...

¿Pensó tal vez en la posibilidad de gritar BANZAAAAAAAAAAIIIII y seguir adelante aunque fuera en contradirección?

Con un poco de suerte, tal vez el que hubiera reculado habría sido el que subía, y se hubiera jodido él el coche...

Sin embargo... esos momentos en que uno se enfrasca en el mundo interior, deberían ser intocables. Ni siquiera pilón mediante.

Ambrosía dijo...

Los pilones y columnas ...no los inventaron los planchistas por jorobar?. O estan hechos solo para romper los sueños?
Ayyy...a otro que le digo lo mismo q a Ilya, comprate un coche plisado que disimula los bollos y modernizate.jejejj
Un beso

Anónimo dijo...

Me hace mucha gracia la palabra pilón, hasta el choque tuvo connotaciones sexuales, pero el sexo te costó caro, quinientos euros, cachis.

Te dejé el meme en un comentario al post. Un besito.

Nanny Ogg (Dolo Espinosa) dijo...

¡Qué alivio! Me estaba temiendo un final mucho más dramático ;)

Besos

Anónimo dijo...

De todas formas ¡Qué bonito es soñar!!!

Anónimo dijo...

Como decía en un post de Illya, sería buena idea que de serie, los coches vinieran con algún bollo. Seguro que así les dariamos menos importancia a estos pequeños golpes. Un saludo