jueves, 16 de octubre de 2008

MEMORIA SENTIMENTAL DEL PORNO (Volumen II)



Aquel universo de fotos fijas e imágenes estáticas de congeladas pasiones, era la información gráfica (pornográfica) que nos llegaba. Los planos, los ángulos eran, claro está, muy repetitivos, también los planteamientos y situaciones. Diríase que existía solo un único guionista que dictaba las poses, las acciones y los encuadres. A pesar de saberlo, cada vez que caía en nuestras manos una nueva publicación, era devorada con urgente ilusión. Primero un vistazo rápido, ojeando en una mirada general todas las páginas, donde seleccionábamos las imágenes de mayor impacto, de forma que los dedos -increiblemente ágiles y sabios- sabían encontrarlas más tarde con precisión. Después, una mirada reposada, lenta, de observador casi científico de anatomías, rostros y órganos palpitantes.

Private, la revista elegante del sector por excelencia, causó sensación y auténtica revolución en las formas. La cuidada iluminación de las fotografías, los ambientes, el atrezzo y sus modelos de extraordinaria belleza, contrastaban con las actrices de otras revistas, auténticas petardas con demasiada sombra de ojos azul y rimmel de un centímetro. En aquella época Private, se hizo con el mercado con diferencia. La mezcla de belleza de las modelos (también de los modelos) y procacidad de las escenas, causaban el impacto que sin duda perseguían los ejecutivos de la central, allá en Estados Unidos. Las chicas tenían aspecto de secretarias, azafatas de congresos, de la vecina guapa que te encuentras en la panadería... Private, fué un avance definitivo en la perturbación de los espíritus sensibles.

Finalizó el oscurantismo y con la apertura de la transición, estalló una galaxia de publicaciones que por fin se vendían en cualquier kiosko. (Private ya se podía “leer” en español). Playboy y Penthouse iniciaron su edición para España. Muchas revistas de ámbito nacional y aspecto cutre, de fotos infames y con canallescos artículos de pornógrafos a sueldo (miserable), que parecían redactar mientras acababan con el bocadillo de chorizo, completaban el amplio panorama. De pronto los jóvenes españolitos recibíamos una información torrencial de sexo, tanto visual como escrita. De la nada al todo sin solución de continuidad. Lo que para el mundo fue una revolución progresiva y gradual de décadas, para nosotros vino de la noche a la mañana. Como siempre tarde, mal y deprisa.

Pasado un tiempo que podría medirse en años, una mañana, en un campo junto a la autopista, mientras buscaba un encuadre adecuado para fotografiar unas naves industriales, una pata del trípode tropezó con una revista desparramada por el suelo, entre las altas hierbas. Era una edición alemana,, le faltaban las cubiertas, algunas de sus páginas rotas, otras estaban pegadas entre si por un fluido humano ya reseco, emanado sin duda a causa de aquellas imágenes. Al tratar de separarlas arranqué la tinta desapareciendo en el acto la imagen y quedando solo el blanco interior del papel desgajado. El resultado parecía la reproducción de un cuadro de pintura contemporánea, con cuerpos y figuras desgarradas por el arte de un pintor psicópata.

Tuve un momento de recuerdo para el camionero que lanzó la revista por la ventanilla de su cabina, tal vez hastiado después de aliviar su soledad.

La visión decadente de la revista caída en medio de aquel paisaje triste, me hizo comprender que había llegado el ocaso de la pornografía impresa, para dar paso a la imagen en movimiento.

(Continuará)

5 comentarios:

Inma dijo...

pasiones congeladas, observador científico de anatomías, perturbación de espíritus sensibles..
describes de una manera tan delicada un tema espinoso que me provoca ternura imaginarte ojeando esas primeras páginas de Private con exquisita devoción, con tiento, admirado ante la belleza.
Es cierto que el porno o erotismo descuidado, mal producido, ese que ejemplificas muy bien con el rimmel de un centímetro más que provocar pasión da rechazo.
Siempre digo que todo está hecho por y para hombres, y odio el tópico de que las mujeres son fantasiosas y románticas y no buscan ese tipo de publicaciones ni filmaciones.
Al final los tipos que aparecen como atrezzo al lado de diosas increíbles son tan horrendos, que una tiene más pesadillas o subidones -con perdón- con las protagonistas que con los propios efebos.
Mi ojo femenino ha terminado por acostumbrarse a eso y por dejar de buscar, es más interesante lo que crea mi propia cabeza que todas esas producciones, las baratas y las elegantes..
Muy interesante el texto, repito que ahora esperaré la siguiente entrega con ansia.
Saludos!

Inma dijo...

Eres un erotómano (como supongo que la inmensa mayoría de nosotros) curioso, de mirada sensible!

Anónimo dijo...

Su prosa gana músculo post a post, y la verdad es que no han de ser pocos los gozosos momentos que nos siga trayendo este sitio. Dicho lo cual, ahora que tengo el kiosco de prensa, tampoco creo que haya decaído mucho el género. Es sólo que se ha especializado bastante. Ya no se hacen revistas porno de amplio espectro, y,de hecho, si te ven con un Playboy bajo el brazo igual se piensan que lo has comprado por las entrevistas. No, más bien estos rincones cavernosos se han centrado en áreas definidas: no tengo más que descorrer la cortinilla bajo la que escondo los títulos (que por aquí viene mucho niño chico)y leerle los títulos de las revistas: Culos, Superculos, Tacones Afilados, Diosas y Chulazos, Chicas de Oro, Más de 40, Más de 50 (Hey, estos cabrones cualquier día sacan a la Duquesa de Alba en Portada), y así hasta aburrirnos. Particularmente, estoy esperando el último número de "Músculo del amor" (el mismo título que una canción de Alice Cooper, dicho sea de paso), y es que a mí lo que me ponen son las culturistas bien untadas en aseite...

Inma dijo...

Ay, perdóname por ser tan bocazas!

ISABEL TEJERA CARRETERO dijo...

Que desastre las feminas de esos tiempos estábamos más bobas... no encuentro comparativo.
Un beso